1
Cuando lleguen las pruebas, Cristo, ven a mí.
Haz que nunca ceda a la tentación
y por sus halagos yo te deje a ti,
y al abismo vaya de la perdición.
2
Al cruzar el mundo, me fascinará
su riqueza vana o el falaz placer;
mas entonces presto mi alma a ti vendrá
a buscar ayuda, gracia, luz poder.
3
Si la prueba enviaras a mi vida aquí,
con dolor y pena, luto y aflicción,
haz que nunca dude que vendrás a mí
y que tú lo cambias todo en bendición.
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