1
Del Padre los bienes no tienen igual;
de piedras preciosas enorme caudal;
diamantes y oro, fortuna sin par,
riquezas que nadie podrá computar.
Coro:
Soy un hijo del Rey, soy hijo del Rey;
por Cristo el Maestro soy un hijo del Rey.
2
El Hijo divino, del mundo sostén,
sufrió en la tierra, del hombre el desdén;
extraña le era la tumba crüel;
fue pobre y humilde, fue manso y fiel.
3
Y yo tan indigno, tan vil pecador,
¿loaré al que sufriera por mí tal dolor?
¡Qué herencia la mía!: la nueva Sion,
la vida eternal y una alegre canción.
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