Se pone el fulgurante sol
1
Se pone el fulgurante sol. Por la tranquilidad rural
la queda suave oímos dar:
¡ Hermano, esta hora es la final!
2
Es la hora del ocaso, en que
la obra de siglos se ha de hacer,
llevando el Nombre salvador a los perdidos, por doquier.
3
Perdido has mucho cuando allí
ocioso estabas sin llevar precioso trigo al alfolí;
por eso debes hoy llorar.
4
Los pasos de él sentimos. Ya.
¡A trabajar! Pues su eternal amor y fuerzas hoy nos da.
¡Hermano, esta hora es la final!
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