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¡Oh, cuán dulce es la promesa!

1

¡Oh, cuán dulce es la promesa
del Señor Jesús, mi Rey!
Al confiarle el ser me dice
Hijo, no te dejaré”.

Coro:

¡Ya no temas! ¡Ya no temas.
pues contigo siempre estaré!
Ya no temas! ¡Ya no temas,
porque nunca te dejaré!

2

Soy tu Dios y para librarte,
de ti cerca estaré;
oh, no temas, pues seguro
por la mano te guiaré.

3

Por tu vida di mi sangre.
Por tu nombre te llamé.
Eres mío, mucho te amo.
nunca, nunca te dejaré.

4

Aunque eras muy rebelde,
Con amor yo te busqué,
y ahora te prometo
“Refugio siempre te daré”.

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